Guadalajara, Jalisco (14 de junio de 2019).- Las terapias de conversión constituyen un crimen mental y psicológico para la persona, porque la homosexualidad no es un tema de moda que se pueda cambiar, de acuerdo con la psicóloga y sexóloga María Lizette Cadena Díaz.

Explicó en entrevista que existen diferentes tipos de terapia de conversión desde hace muchos años, donde se le hace creer al ser humano que se le puede curar la homosexualidad, “como si se tratara de una enfermedad mental”.

Añadió que la idea que se promueve es que a través de un tratamiento, la persona se va a curar, se le va a quitar con esos tratamientos que pueden ser diversos, desde encierros, nexos, hipnosis y en general violencia psicológica.

“Se inculca la culpa, la vergüenza, el temor a la religión, se les vende la idea de que se van a ir al infierno, que es un pecador, que está enfermo, que es un daño para la sociedad, todos esos tormentos hacen que crea que puede curarse, pero no es así”.

Aseguró que las cosas no funcionan así a pesar de que existan casos que dicen “fui y me curé”, es como ir en contra de la naturaleza porque a las personas no se les puede decir qué es lo que deben ser ni cómo deben actuar.

“No podemos seguir permitiendo la creencia de que la homosexualidad sea una cuestión de moda, patológica o que se tiene que acudir a un centro de psiquiatría, esto es una cuestión biológica, genética, que no distingue a ninguna persona de otra”, dijo.

Explicó que únicamente se trata de una forma distinta de amar a un ser humano, por lo que es urgente erradicar la violencia en contra de la comunidad LGBT, ya que quien muestra homofobia debería cuestionarse que le sucede como ser humano.

“Qué me pasa a mí con esa homofobia, podrías darte cuenta que el real problema que existe es tuyo al estar enjuiciando a un ser humano por una elección que tiene de amar a otro ser humano, entonces cuando empiezas a tener este tipo de síntomas y violentas te debes poner atención a ti”, expresó.

Agregó que la comunidad LGBT es una de las sociedades más vulnerables, pero también tiene un gran potencial en cuanto amor propio, autoestima, seguridad y sobre todo esa paz interior, “hay muchas personas plenamente felices”.

Con información de Lucía Lizárraga Castro, corresponsal de Notimex en Guadalajara

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