(Foto/ Carlos Jiménez/La Razón)

Ciudad de México.- El pasado viernes a las 3 de la tarde, un joven de 29 años que se estrenaba como chofer de Uber, fue golpeado brutalmente por la “escolta” de un hombre que viajaba en un Ferrari rojo.

El joven de 29 años asegura que en ningún momento se le cerró al Ferrari ni tuvo discusión alguna previo a que lo golpearan, de hecho, el creía que lo estaban asaltando, por eso bajó la ventanilla para que se llevaran la camioneta, lo que aprovechó el escolta para bajarlo uy golpearlo, según dijo a La Razón.

¡Wey, ya déjenlo! Ya vámonos, ya déjalo, pobre wey…”, gritó con un tono de burla el hombre que iba en aquel Ferrari rojo, cuyos escoltas golpeaban a Jair, a quien tenían tirado en el piso y contra la pared mientras le apuntaban con una pistola y le gritaban una y otra vez: “¡Dame tu credencial! ¡Dame las  llaves de la camioneta!”, publicó el diario digital.

Jair, el joven que fue golpeado, sufrió un esguince cervical, lesión en la mano izquierda y derecha, le cuesta trabajo caminar; además, el escolta tomó de la camioneta dos teléfonos celulares, un iPad y 4 mil pesos con los que contaba.

Por otra parte, el jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, solicitó a la procuraduría capitalina solicitar toda la información al SAT del Ferrari en que viajaban los escoltas que golpearon a un chofer de Uber el pasado viernes.

Con esta diligencia se busca confirmar se el auto pertenece a Alberto Sentéis Palacios.

“He instruido ya para que gire oficios al SAT a fin de que el SAT pueda informarmos ya que se trata de un vehículo muy costoso

”

El joven asistió al Ministerio Público donde levantó una denuncia por varios delitos (robo con violencia, lesiones, daño en propiedad y tentativa de robo de vehículo) en contra de Alberto Sentéis Palacios y de sus dos escoltas.

Alberto Senties es el dueño del automóvil Ferrari color rojo, con placas PYU 5755, de Morelos, cuyos guardaespaldas golpearon y encañonaron el viernes al joven cuando circulaban sobre el Viaducto Tlalpan, a la altura del Hospital de Cardiología.

Se desconoce porqué los escoltas y el dueño del Ferrari actuaron de esa manera.