CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO (18 de mayo de 2018).- El problema del racismo en Estados Unidos sigue vigente. Ataca a gente de color, latina, asiática, homosexual, a todo aquel que “se atreve” a ser diferente.

No es una sorpresa. O novedad. Pero, al parecer, el presidente Donald Trump no lo sabe o no lo quiere admitir (ni le convenga tampoco).

De acuerdo con el estudio “The Year in Hate and Extremism” del Southern Poverty Law Center, el número de grupos de odio en Estados Unidos creció 4% entre 2016 y 2017. Es decir, pasaron de 917 a 954. Florida es la entidad con el mayor número de asociaciones, 66 en total; y todas las entidades de la Unión Americana tienen al menos una agrupación de odio.

Los nacionalistas blancos (supremacistas blancos o neonazis) fueron los que más crecieron (22%). El segundo aumento más destacable fue el de las asociaciones antimusulmanes.

“No soy racista. Soy la persona menos racista que entrevistarás”, Donald Trump a periodistas en Florida

15 de enero 2018

No es que hubiera una ley que impulse la segregación racial en aquel país. Pero tampoco es necesaria, solo basta la postura del presidente republicano para darse por autorizado. Su última declaración escandalosa fue en la que señaló que hay migrantes que llegan a Estados Unidos los cuales “no son personas, son animales”. Ante las críticas –nacionales y extranjeras-, la Casa Blanca y él mismo trataron de matizar las palabras al señalar que se refería solo a pandilleros de la Mara Salvatrucha.

“Condenamos la prepotencia de Trump por ofender y tratar a los inmigrantes latinos llamándolos ‘animales’, llevando el odio racista al extremo”, Evo Morales, presidente de Bolivia

17 de mayo de 2018

“Las declaraciones son absolutamente inaceptables. Nuestros migrantes son gente que merece respeto, gente trabajadora, gente que tiene una gran aportación a la vida de los americanos”,  Eduardo Sánchez, vocero de la Presidencia de México

17 de mayo de 2018

“El comentario de Trump de que los inmigrantes son animales, no personas, muestra el grado de racismo al que ha escalado su gobierno déspota, sin que el grueso de la población lo condene. […] Estamos cayendo en un sistema político de régimen neofascista al estilo, o aun superior, del que dio origen al fascismo alemán de Hitler”, Carlos Marentes, director del Centro de Trabajadores Agrícolas Fronterizos

17 de mayo de 2018

Se dice… pero no se siente

A pesar de que el presidente Trump niegue una naturaleza racista en su administración, no es así percibido por sus gobernados.

Una encuesta levantada por The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research reveló que el 57% de los estadunidenses considera que se ha perjudicado a los hispanos y el 47% piensa que a los afroestadunidenses.

El 57% de los encuestados (8 de cada 10 personas de color, 7 de 10 hispanos, y casi la mitad de blancos) opinan que Trump es racista. El 85% de los demócratas y el 21% de los republicanos apoyan la idea.

“Es muy difícil ahora ser inmigrante en Estados Unidos”,  Jorge Ramos, periodista

“No podemos quedarnos callados. No es blanco, negro o marrón, somos todos. Todos vivimos en este planeta y este tipo en la Casa Blanca tiene el código nuclear. Me voy a la cama pensando en eso”, Spike Lee, director de cine

El odio en las calles de Estados Unidos

No es sorpresa que las manifestaciones de odio contra las minorías pululen en las calles. Más cuando se sienten respaldados y representados por su presidente.

Las redes sociales han sido testigos de estos hechos. El más reciente fue el video del abogado Aaron Schlossberg que reprocha violentamente que los trabajadores del restaurante Fresh Kitchen en Nueva York hablen en español.

“Si yo pago para que vivan aquí, para que tengan servicio médico, lo mínimo que podrían hacer es hablar inglés”, Aaron Schlossberg

La grabación fue compartida por el activista y columnista Shaun King, quien pidió ayuda para identificar al sujeto en cuestión.

Finalmente, sus seguidores lo lograron (aquí les recomiendo seguir el hilo).

Investigaciones de medios locales revelaron que el abogado especializado en materia comercial es un “cliente asiduo” de las manifestaciones raciales. El 25 de mayo de 2017, participó en una protesta contra personas que profesan el judaísmo y que apoyaban a la causa palestina.

Cabe señalar que Aaron Schlossberg, de 44 años, es seguidor de Trump. Incluso apoyó su campaña donando 500 dólares el 4 de mayo de 2016. Sin embargo, esto no lo ha rescatado de escrutinio público que ha terminado con persecuciones, 11 mil 500 firmas en Change.org que piden su inhabilitación como abogado, y su despido del centro de negocios Corporate Suites de la avenida Madison, reportó el New York Post.

No es el único caso. Un barista de la cadena de Starbucks en California escribió “beaner” (“frijolero” en español) en las bebidas que un latino, de nombre Pedro, había pedido. Esto ocurrió a solo unos días (29 de mayo) que la marca haga un cierre temporal de ocho mil tiendas en Estados Unidos para capacitar en materia de racismo a sus 175 mil empleados.

beaner

Esto parte del incidente en el que dos hombres de color tuvieron que ser sacados por seis policías de una sucursal. Todo inició porque los afroamericanos, mientras esperaban a otra persona, quisieron entrar al baño sin consumir producto alguno; entonces, los trabajadores les pidieron que se retiraran del lugar, a lo que se negaron al señalar que no habían hecho nada indebido.

El encontronazo solo es un eco si recordamos los casos de Terence Crutcher, Keith Scott, Alton Sterling, Philando Castile, Michael Brown, Eric Garner, Walter Scott, Freddie Gray, entre otros afroamericanos desarmados y abatidos por policías blancos. Solo por el estigma, racismo y exceso de violencia de los uniformados contra la comunidad negra en aquel país.

Donald Glover y su Childish Gambino pusieron el dedo en la llaga con el videoclip “This is America”, el cual fue dirigido por el japonés Hiro Murai. No es una cuestión de calidad musical (incuestionable, por cierto) o un asunto del baile (que muchos ya ‘memetizaron’); se trata de mostrar lo “doble cara” de la sociedad estadunidense que te permite bailar mientras que por detrás persiguen y asesinan a los suyos. No faltan símbolos, como el personaje Jim Crow, un rifle AK-47 (utilizado en matanzas como en la de Charleston) y del asesinado Stephon Clark.

“You just a Black man in this world drivin’ expensive foreigns, ayy

You just a big dawg, yeah. I kenneled him in the backyard

No proper life to a dog for a big dog”

Donald Glover / Ludwig Goransson

“This is America”

Y no solo son crímenes contra minorías, son de odio generalizado. Tenemos la herencia del Ku Klux Klan extendida a la comunidad LGBT, musulmanes, palestinos, judíos, mexicanos, venezolanos, colombianos, incluso –e irónicamente- puertorriqueños.

En tanto, en un país creado por múltiples culturas –asentado en una tierra arrebatada a los nativos por militares de tez clara y de otro continente-, un presidente con ascendencia no estadunidenses se sienta, dirige, desvía los ojos y mantiene su postura: “no soy racista”.

Por la Redacción

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