Ciudad de México (28 de diciembre de 2015).- Cada 28 de diciembre se festeja el Día de los Inocentes, fecha en que incluso es común que las bromas abunden, pero poco conocen el origen de esta conmemoración.

El Día de los Inocentes tiene más de dos mil años de historia y comenzó como la fiesta católica de los “Niños Inocentes“, en conmemoración a la matanza de todos los pequeños menores de dos años ordenada por Herodes al enterarse que había nacido el Mesías.

Eso sí, con el paso del tiempo, la tradición pagana fue quitándole el aspecto trágico a la fecha hasta convertirse en el “Día de los Santos Inocentes“, una oportunidad para jugarle bromas a los ingenuos.

De acuerdo a lo relatado en el Evangelio de San Mateo, la historia de esta tradición parte cuando unos magos llegan a Jerusalén en busca del futuro Rey de Israel que, según ellos, acababa de nacer.

Ellos explicaron que habían visto aparecer su estrella en el Oriente y recordaron la profecía del Antiguo Testamento que decía: “Cuando aparezca una nueva estrella en Israel, es que ha nacido un nuevo rey que reinará sobre todas las naciones”.

De acuerdo a San Mateo, Herodes el Grande, obsesionado con el poder y por el temor a perderlo, al enterarse que había nacido un nuevo rey, ordenó que le dieran muerte inmediatamente.

El mismo relato detalla que Herodes se reunió con los magos fingiendo un interés por el niño y los despidió con un “vayan y se informan bien acerca de ese niño, y cuando lo encuentren, vienen y me informan, para ir yo también a adorarlo”.

Rodeó con su ejército la ciudad de Belén y ordenó a sus soldados a que mataran a todos los niños menores de dos años en la ciudad y sus alrededores. Un ángel, en tanto, avisó a San José para que saliera huyendo hacia Egipto, y así, cuando llegaron los soldados de Herodes, el niño Jesús ya había abandonado Belén. Sin embargo, el ejército asesinó a todos los “Santos Inocentes” niños que habitaban la ciudad.

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